Darren Aronofsky es de esos directores que saben lo que hacen. Capaz de realizar proyectos arriesgados ("Pi, fe en el caos", "La fuente de la vida") como verdaderas obras de culto ("Requiem por un sueño") saliendo siempre victorioso y sin caer para nada en la esnobada ni llenarlas de fuegos artificiales. Cada una de sus películas te cuenta más de lo que te está diciendo y muy pocos directores son capaces de eso. Y "El luchador" no le va a la zaga.
Así, esta vez nos cuenta la vida de un famoso luchador de los años 80, donde el paso del tiempo le está dejando mella en el cuerpo y en su alma. Un luchador que ve cómo los achaques de la vida se han encargado de recordarle que "hasta aquí hemos llegado"; que es hora de hacer balance.
"El luchador" es una de esas películas frías, una de esas películas de ambiente otoñal, de lluvia, que recuerda bastante al primer "Rocky". Así, Darren Aronofsky huye de las metáforas de los juegos temporales de la estética del videoclip y nos relata de forma hiperrrealista (muy efectiva es el uso en determinadas partes de la "cámara en mano" siguiendo al protagonista) la vida de este hombre, rozando ya los cincuenta de aspecto rudo y solitario pero de gran corazón. Y consigue su propósito que no es otro que el de identificate con él, conocerle y sentir sus emociones.
Y para ello cuenta con un más que magistral Mickey Rourke. Está impresionante en cada una de las tomas, de su diálogo, de su mirada. De todo. Cuando vi que en el poster de la pelicula la leyenda de "Sé testigo del resurgir de Mickey Rourke", reconozco que me dio un poco de miedo; pero no. Después de ver esta película no tengo ninguna duda que el Oscar es suyo. Por encima de Sean Penn. Roza la perfección.
Pero ahí no acaba la cosa, que (y esto va dedicado al otro enano de este blog), Marisa Tomei está que se sale. Mira que me gustaría que ganase el Óscar Penélope Cruz, (por lo de ser española y esas cosas...) pero es que vista ambas películas, lo de Marisa Tomei es de Óscar. Y ya no estoy seguro de que quiera que gane Penélope. Su personaje es una versión femenina del luchador. Una prostituta de un club de alterne que ve como la edad también le va haciendo mella en el cuerpo y en el alma. Impresionantes sus bailecitos y stripteases. Impresionante su cara cuando escucha los "no" de los clientes, (sin decierte nada lo palpas en su mirada). Impresionante su relación con Mickey Rourke (la de dos perdedores que fueron algo en los 80)
Y destacable , cómo no, la banda sonora de su amigo Clint Mansell, alternando con música ochentera de heavy metal (Ac/Dc, Scorpions, Gun n´roses)
Lo mejor: Mickey Rourke y Marisa Tomei. Los títulos de credito del principio: un barrido sobre fotos y recortes de prensa que te va contando la edad de oro de Mickey Rourke luchador para acabar con la primera toma de la película (el luchador sólo en el vestuario tras un combate actual en el que por lo visto no ha ido casi nadie a verle). El simil de su primer trabajo como si estuviese llegando al ring. El baile con su hija, casi un calco de la famosa escena de la Bella y la Bestia de Disney, de chapó. La escena del combate que te la cuenta con flasbacks cada vez que le van curando las heridas en el vestuario (brutal). Toda la imagen que da de ese mundillo de la "lucha libre". Bueno, y Evan Rachel Wood ("Across the universe") y su momento de gloria. A la altura de todo el reparto.
Lo peor: Hay algo que falla en el guión, en los diálogos (aunque los hay sublimes); un final un tanto precipitado, no sé. Pero me da que eso irá a gusto del consumidor. Poco más a destacar en este apartado.
Resumiendo, "El luchador" es una más que notable película, que te emociona y que te mete en el mundo de un luchador que fue un estrella y que vive en las últimas. El Óscar de Mickey Rourke.
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