Otro golpe a una institución aparentemente intocable, léase
La segunda fotografía es un hallazgo de incalculable valor. Ante ustedes…”La paella de salmón”. ¡Claro que si! Nuestro plato típico alcanza los confines del Círculo Polar Ártico y más allá. Ahora bien, hemos de ser comprensivos y no tirar de rígidas denominaciones de origen para entender que, en aras de dicha universalidad, los lugareños puedan aplicarle ligeras modificaciones para adaptarlo a sus bárbaras costumbres. Pero en este caso creo que incluso hay que hablar de pleno acierto. Acaso no es el salmón un pez la mar de fallero que remonta con gran penalidad ríos contracorriente sólo para poder realizar su peculiar “plantá” ( o puesta para biólogos tiquismiquis) aun sabiendo que morirá después. Su unión con la paella no cabe más que calificarla de perfecta. M nos aporta algunos datos más: “después de ver como llenaban el plato con esa menestra de arroz, pimientos, guisantes, cebollas, salmón y otros elementos poco definidos, la dueña del abarrotado puesto del puerto, me pregunto que tipo de salsa deseaba. Ante mi desconocimiento, me recomendó la salsa de ajo extra, que puede apreciar, pero felizmente no oler, en la imagen remitida. Quizá para demostrar la falsedad de tanta leyenda sin fundamento, acepté la recomendación. Craso error, ni siquiera las gaviotas que pululaban alrededor de las mesas dieron cuenta de los restos de salmón tocados por tan delicado complemento.”
Bueno, bueno, estimado M, las leyendas están para ser respetadas y usted sigue siendo el vampiro de Dusseldorf, mejor tino eligiendo la próxima vez. La fotografía por usted remitida no deja lugar a dudas sobre el delicioso aspecto del plato y todo buen valenciano debe alegrarse de esta colonización vía gastronómica que llevará nuestra cultura y civilización a las pobres gentes que no han tenido la suerte de nacer en nuestra bendita tierra. Ansioso espero algún reporte de “arròs amb fesols i bambú” desde China, o de una tradicional paellita donde el pollo y el conejo se sustituyan por canguro y ornitorrinco desde Australia
1 comentario:
Pues no hice la prueba, pero creo que si que tenía cada uno su sabor.
Habrá que volver para averiguarlo.
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