En medio de un bucólico lugar perdido de la sierra turolense recibo un tremendo golpe de frikicostumbrismo hispano. La niña sonríe feliz en su señalado día desde su botella de "Hoya del Castillo". Y a lo mejor el friki soy yo por desconocer estos submundos de la celebración popular, que imprimir etiquetas de botellas con los niños comulgantes, los novios de la boda o el muerto del entierro igual es lo más normal del mundo
Me pregunto como ha podido llegar la pequeña X hasta aquí desde esa Chelva donde, al parecer, se celebró con alegría el acontecimiento. Quizás un pastor estuvo invitado al mismo, cargó el regalo recibido en su zurrón y decidió apurar el mismo un fría noche que había recogido las ovejas en el aprisco. Y ella, feliz con sus alitas de ángel recién recibidas sigue volando para recalar ahora en un blog de Internet. Sigue volando X y que Dios te bendiga
Aquí un detalle